— ¿Sabes? Hoy me acordé de tí.
— ¿De verdad?
— Si. Mucho.
— ¡Que lindo! ¿Y eso como por qué?
— No se. A lo mejor escuché una canción que me recordó a tí. ¿Será que escuché una voz que sonaba como la tuya? No se. Tal vez percibí alguna fragancia flotando en el aire con moleculas de tu perfume. ¿Acaso fue el viento que me trajo tu nombre?. ¿O… o fue porque recibí notificaciones de tu metroflog en mis cinco cuentas de correo?
— A lo mejor fue eso.