Yo FTW, lo que hace GitHub

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Ésta es la historia de mí y GitHub. Una plataforma para colaborar en proyectos de software –con un componente social– que hace tan fácil compartir código que es casi imposible no querer hacerlo.

Siempre, desde que empecé como blogger hace 6 años, una de mis intenciones era compartir algo del conocimiento técnico que iba obteniendo de la red y del trabajo diario. Tras intentarlo en varias ocasiones, finalmente me rendí. Publicar código de ejemplo en un blog (especialmente en WordPress) manteniendo un formato decente es una tarea mucho más complicada de lo que debería ser.

Hacer que un snippet se vea bien en tu post no debería tomarte el triple de tiempo que te costó escribirlo.

Otra cosa que siempre quise hacer, desde que volví a programar, es entrar al mundo del OpenSource como se debe y liberar algunas cosillas útiles que he hecho y programado a través de los años. De nuevo, una serie de frustraciones fue lo que me detuvo. Montar un repositorio de CVS o SVN, buscar hospedaje, escribir la documentación, instalar un issue tracker y buscar la manera de administrar la enorme comunidad alrededor de mi proyecto ( ¿y qué? así me gusta pensar: en grande ) era demasiado para mí.

Curiosamente, GitHub me ha solucionado ambas frustraciones.

La verdad es que probar Git me daba mucha pereza. Me gusta programar, pero la verdad es que sigo siendo un diseñador de corazón y todo lo que huela a línea de comando es como repelente para mí. Pero GitHub hacía ver a Git tan atractivo, que tuve que probarlo.

Y wow.

No tengo tan claros los detalles técnicos que diferencian a SVN de Git ( ambos son software de control de versiones) pero se que es lo que hizo la diferencia para mí. SVN me hacía sentir estúpido. Aunque lo utilicé en varios proyectos, sobre todo para colaborar con Diego —antes de que se volviera un suit— a menudo me pasaba que todo se rompía y yo me sentía un completo estúpido.

Git en sí no es simple ni bonito, pero GitHub te hace sentirlo así. Te lleva de la mano, desde que creas tu primer repositorio hasta que, como por arte de magia tienes tu código ahí listo para que todo mundo le meta mano.

Y Gist, es una subsección de GitHub donde puedes compartir pequeños fragmentos de código que luego quedan asociados a tu perfil. Cda snippet tiene un código –muy a la youtube– que te permite embeber éstos pequeños fragmentos en tu blog o donde quieras. Simplemente no podría ser más facil.

Aquí es donde hago una pausa para recordar las enseñanzas de Kathy Sierra respecto a la curva de kick-assery del software. El peor caso no es que un software te haga decir Este programa apesta sino que te haga sentir como que tú apestas. Igualmente al revés, el mejor de los casos no es cuando dices que un software es lo mejor del universo, sino cuando te hace decir: ¡Yo FTW!.

Así me he sentido las últimas semanas en las que he venido compartiendo algo de código (y tengo mucho más que compartir) de una forma tan simple que ya me parece casi natural. No me había detenido a pensar en la parte que juega GitHub, solo pensaba que estaba feliz y no me sentía más estúpido.

¿Ustedes han probado GitHub? ¿Tienen algún programa que los haga sentir así, como que rulean gruexxo? Platíquenme.