A veces nos complicamos tanto pensando en complejos modelos de negocio, que no vemos la posibilidad de usar la estrategia más simple de todas: *Crea un producto que alguien más quiera y consigue que te paguen por el*.
Ahora, el que este sea un modelo simple no significa que sea fácil. De entrada, solo de esa frase surgen algunas interrogantes: ¿Cómo hago para crear un producto? ¿Cómo se si hay mercado para mi producto? ¿Cómo voy a vender mi producto?.
Esas y otras preguntas vamos a ir encarándolas en futuras entregas, pero por lo pronto ya habrás notado que la palabra clave es producto.
Un producto, a diferencia de un servicio, es un bien tangible o digital que produces una sóla vez y lo ofreces en serie para satisfacer la necesidad de un mercado.
Por ejemplo, si eres diseñador web y haces sitios para clientes, entonces lo que tu ofreces es un servicio (lo cual está muy bien, pero no es escalable), pero si empaquetas tu trabajo en forma de temas, plantillas, iconos, etc, entonces tendrás un producto entre tus manos.
La ventaja de los productos sobre los servicios, es la economía de escala. Como sabes, entre más copias produzcas de un producto, los costos tienden a cero. Y esto aplica a los bienes tangibles, pero es mucho más obvio cuando hablamos de productos digitales que, al ser electrónicos, no tienen un costo de manufactura por unidad ni costos relacionados con envío y logística.
Asi que ese va a ser nuestro enfoque y nuestra misión: Vamos a crear productos digitales que se puedan vender a través de internet a una audiencia global.